Entre honores militares y pancartas de rechazo, Trump llega a Reino Unido
El presidente estadounidense fue recibido por la realeza en Windsor, mientras Londres se llenaba de manifestantes que lo ligaron al caso Epstein.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inició este miércoles 17 de septiembre su segunda visita oficial a Reino Unido, marcada por la solemnidad de la realeza británica y las protestas en su contra que se multiplican en Londres.
La jornada comenzó en el Castillo de Windsor, donde el mandatario y su esposa Melania fueron recibidos por el rey Carlos III, la reina Camila y los príncipes de Gales, Guillermo y Catalina. Desde el patio principal, Trump pasó revista a una guardia de honor integrada por cerca de 1.300 soldados británicos, en un despliegue militar sin precedentes para este tipo de actos.
Posteriormente, la pareja presidencial depositó una ofrenda floral en la tumba de Isabel II, en la Capilla de San Jorge. En ese mismo lugar, Carlos y Camila entregaron obsequios oficiales: la bandera que ondeaba en Buckingham el día de la investidura de Trump, además de un cuenco de plata artesanal y un bolso personalizado para la primera dama. A cambio, los Trump ofrecieron a los monarcas una réplica de la espada del expresidente Dwight D. Eisenhower, símbolo de la alianza entre ambos países en la Segunda Guerra Mundial, así como un broche de oro, diamantes y rubíes de Tiffany para la reina.
Pero la visita no ha estado exenta de controversia. Mientras Trump se mantenía lejos de la capital, miles de manifestantes se congregaron en el centro de Londres con pancartas que decían: “Los migrantes son bienvenidos, Trump no es bienvenido” o “No al racismo, no a Trump”. Según la policía, más de 1.600 agentes fueron desplegados para contener la movilización convocada por el grupo “Stop Trump”.
El malestar se agudizó el martes, cuando activistas proyectaron en las murallas del Castillo de Windsor imágenes de Trump junto al delincuente sexual Jeffrey Epstein, además de una carta de cumpleaños que el entonces magnate supuestamente envió hace más de dos décadas, en la que lo llama “amigo” y escribe: “Que cada día sea otro secreto maravilloso”. La Casa Blanca ha negado la autenticidad del documento, aunque su difusión volvió a encender el debate político en Estados Unidos.
Por esa acción, la policía británica detuvo a cuatro personas acusadas de “comunicaciones malintencionadas” y calificó la proyección como un “acto propagandístico”. Los detenidos permanecen bajo custodia.
Trump, que ya había realizado una visita de Estado en 2019, cerrará su agenda en territorio británico el jueves, cuando se reunirá con el primer ministro Keir Starmer en Chequers, la residencia campestre oficial ubicada a 70 kilómetros de Londres.