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Europa fija 2027 como fecha límite para cortar importaciones de gas ruso

El compromiso surgió tras negociaciones entre el Parlamento Europeo, que presionaba por un corte más acelerado, y los gobiernos de los 27 Estados miembro

BRUSELAS.— La Unión Europea dio un paso decisivo en su ruptura energética con Moscú al anunciar un acuerdo para poner fin a todas las importaciones de gas ruso para finales de 2027, acompañado de un plan financiero para sostener a Ucrania durante los próximos dos años. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó el pacto como un cambio histórico al afirmar que “es el amanecer de una nueva era, la de la independencia energética total de Europa respecto a Rusia”.

El compromiso surgió tras negociaciones entre el Parlamento Europeo —que presionaba por un corte más acelerado— y los gobiernos de los 27 Estados miembro, que pidieron un margen mayor para reorganizar sus contratos y reservas. Para el comisario europeo de Energía, Dan Jorgensen, el acuerdo simboliza también un mensaje político hacia Moscú. “Se acabaron los intentos de chantaje. Se acabaron las manipulaciones del mercado por parte de (el presidente ruso Vladimir) Putin. Somos solidarios con Ucrania”, expresó.

El plan establece una serie de fechas para ir cerrando la dependencia del gas ruso según el tipo de suministro. En el caso del gas que llega por gasoducto, los contratos de largo plazo quedarán prohibidos a partir del 30 de septiembre de 2027, siempre que las reservas sean suficientes; de lo contrario, la fecha límite automática será el 1 de noviembre de ese mismo año. Para el gas natural licuado, los acuerdos de largo plazo se vetarán desde el 1 de enero de 2027, y los contratos de corto plazo terminarán antes: el 25 de abril de 2026 para el GNL y el 17 de junio de 2026 para el gas por tubería. Todo el calendario aún debe ser ratificado por el Parlamento Europeo y los gobiernos del bloque.

La reacción de Rusia no tardó en llegar. Funcionarios del Kremlin rechazaron la decisión y aseguraron que la medida “acelerará” el declive económico de la Unión Europea, al obligarla a sustituir el gas ruso por alternativas más costosas, aunque insistieron en que el impacto en su propia economía será limitado.