No podrán callar a quienes luchamos por México: Alito cree que México se convertirá en dictadura
El dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, afirmó que México avanza hacia un modelo similar al de Venezuela
El dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, retomó la narrativa de la senadora Lilly Téllez para advertir que México va rumbo a convertirse en “la siguiente Venezuela”. En un mensaje difundido en redes sociales, aseguró que lo que Morena vende como transformación “no es más que destrucción disfrazada”, acusando al gobierno federal de debilitar instituciones, silenciar voces críticas y dividir al país. La comparación con el chavismo no es nueva, pero revela la estrategia priista de apostar por el miedo antes que por un debate de propuestas.
Moreno expresó su respaldo total a Téllez, a quien calificó como una mujer “valiente y con carácter” que no se ha doblegado “frente a los abusos del poder”. Para el dirigente priista, la senadora panista es víctima de persecución por denunciar la corrupción y la violencia ligadas al gobierno de Morena. Sin embargo, su solidaridad omite que Téllez pidió abiertamente la intervención de Estados Unidos en México, un gesto que ha sido señalado como traición a la patria por otras fuerzas políticas.
En su mensaje, el líder del PRI insistió en que él mismo es objeto de persecución política, buscando colocarse en la misma narrativa de víctima que Téllez. Bajo este esquema, ambos presentan al actual gobierno como una dictadura que reprime a la oposición, sin detenerse a reconocer que sus discursos tienen más de retórica propagandística que de diagnósticos serios. La insistencia en comparar a México con Venezuela, sin un sustento real, refuerza una visión catastrofista que le resta credibilidad al debate público.
Alito Moreno concluyó advirtiendo que “no podrán callar a quienes luchamos por México” y que la voz de la oposición representa a millones que buscan recuperar la paz y la libertad. No obstante, el dirigente priista vuelve a quedarse en el terreno de las consignas, sin explicar cómo su partido enfrentará los problemas estructurales que afectan al país. Con este tipo de discursos, el PRI corre el riesgo de reducirse a un eco de quejas y denuncias, en lugar de perfilarse como una alternativa seria frente al gobierno en turno.