Entre 1,500 casos sin resolver y patrimonio “extraviado”, así se van los ministros de la Corte
Ministros de la Corte se despiden entre polémica y bienes extraviados
CIUDAD DE MÉXICO.- Los actuales ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) terminan su gestión este 31 de agosto dejando más dudas que certezas. Una auditoría preliminar reveló que en sus oficinas desaparecieron al menos 188 bienes de valor, entre equipos de comunicación, obras de arte y mobiliario. Aunque el máximo tribunal aseguró después que se “recuperó” más del 94% de lo señalado, el episodio evidencia la falta de orden y transparencia en la institución.
De acuerdo con el informe, la ministra Ana Margarita Ríos Farjat concentra el mayor número de objetos no localizados, con 42 bienes desaparecidos de su ponencia. Le sigue Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, con 31 bienes perdidos, y Jorge Mario Pardo Rebolledo, con 23 bienes que no aparecieron durante el levantamiento de inventario. Estos faltantes refuerzan la percepción de desaseo administrativo en el máximo tribunal del país.
El exministro Luis María Aguilar Morales, hoy en retiro, también dejó huella en este capítulo: en su oficina se detectaron 6 bienes extraviados. Por su parte, el ministro Javier Laynez Potisek registró 3 faltantes, y Alberto Pérez Dayán, 2 bienes desaparecidos. Aunque las cifras puedan parecer menores, el hecho de que ocurran en el ámbito de la Suprema Corte resulta grave por el valor simbólico y económico de los activos.
La entonces presidenta de la Corte, Norma Lucía Piña Hernández, tampoco salió bien librada. Bajo su responsabilidad directa, entre la Secretaría General de la Presidencia y su propia oficina, se reportaron 78 objetos extraviados, lo que la colocó como la funcionaria con más bienes en situación irregular. Y aunque la SCJN corrigió después diciendo que esos objetos eran antiguos y obsoletos, la percepción pública es la de una gestión marcada por descuidos y contradicciones.
Al final, los ministros se despiden no solo con más de 1,500 asuntos pendientes de resolución, sino también con el estigma de haber dejado un Poder Judicial que “pierde” bienes millonarios mientras defiende sus privilegios. La SCJN insiste en que todo quedó aclarado con el inventario definitivo, pero la pregunta permanece: ¿cómo es posible que lo público desaparezca y reaparezca al antojo de quienes deberían ser el ejemplo máximo de legalidad?